El la miró en los ojos, intensamente,
hizo parada plácida en vértigo,
y solo luego, después de muchos luegos,
se atrevió a ir de excursión
por todas las ondulaciones
de la perfección hecha mujer...
Cegado por el primer impacto certero,
deambuló ilusionadísimo en sorpresas
que progresivamente iban mejorando
todas las perspectivas razonables,
alcanzó alguna cúspide mareante
y descansó en algún rellano inexistente,
por lo que no hizo sosiego de la verdad,
y se extasió, complacido para siempre,
en el jardín de todas las delicadas...
delicias más exquisitas.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada