Tenía como una piedra en el zapato,
un orzuelo que se acercaba al lagrimal,
y la sal lo excitaba hacia el dolor...
Tenía una angustia acumulada,
que se deshizo en malestar,
crónico y permanente,
era la tristeza total, esta vez...
con nombre de mujer.
Me dolía el olvido, quizá más...
que la reposición mejorada,
sólo en apariencia, y... ni eso.
Perdido por el desánimo
y devolviendo misiles
a cada palmadita en la espalda,
acudí a un encuentro conmigo,
y decidimos ir a buscarte,
por consenso urgente…
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