Entre risas y cuchicheos,
muestran su felicidad galopante,
sin miedos, ni silencios.
Están en aquel momento
donde no existe ni importa
ni el tiempo ni el entorno.
La felicidad no tiene formas,
el amor correspondido hace un aparte,
y parece que sólo existe el aporte mutuo,
el darse del todo en pro de un estado,
al que sólo entras por invitación...
del corazón amado.
Y la causa termina, y se viven,
despiertos, ...los sueños.
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