Me bañé en el mar de tus ojos,
y salí como un pitufo, todo azul,
merodeando por los gladiolos,
que me regalan su aplauso...
ante mi aportación tan salada.
La fragancia es eterna,
salí impregnado de tu esencia,
y en el ahora y siempre...
de nuestra cotidianidad,
persiste tu aroma de rosa y sal,
sal que me suena a rosada
y, a veces, hasta entiendo, por pareja,
...la sal del Himalaya.
Me bañé en el mar de tus ojos...
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