Los buenos días sólo duran un día, como todos, aunque hay algunos en los que valdría la pena acelerar el amanecer, días que cunden, que duran más allá de los días, porque te aleccionan, te conmueven, te hacen ser consciente del estar y del ser feliz con los tuyos. Y en los tempranos, piensas en que la tarde languidece y tú quieres una buena prolongación, sin mañana, o más mañanas como hoy...
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