Jugando al escondite, uno encuentra su minuto de paz, en el juego pícaro del momento… Me viene a la memoria aquel chiste, tan bien pensado, donde una pareja acuerdan que ella se esconde y el la busca, y si la encuentra hacen el amor, pero antes de irse ella dice “si no me encuentras, estoy debajo de la cama…” Bonito ¿no? Jugar al escondite donde el escondido sabe que lo encontrarán y el premio es una felicidad a dos. A veces el amor tiene a bien disfrazarse de fáciles misterios…
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