Hay frases tan acertadas como "Me fui a ser feliz, no sé cuándo volveré", o "Cuando éramos felices y no lo sabíamos", o "El placer de hacer felices a los demás"... Casi me quedo con aquella de que éramos felices y no lo sabíamos, pero cambiando el final sí que lo sabíamos, y éramos felices con muy poca cosa, en la era con la pelota de goma, con un helado casero, con una pelota de trapo, jugando en la barbería del pueblo, o esperando la merienda de madre… Éramos felices por naturaleza, en el espacio y ambiente natural de una existencia más racional, menos contaminante, menos mecanizada, más habitable.
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