Aspiro a mirar por la ventana y hablar con la luna de agosto…
Puedo asomarme a la encina y mirar a mi amiga a través del ramaje.
Quiero acercarme a mi mar de siempre, despacio, por la noche,
con el sol durmiendo, y ver pensante al poeta, oliendo sal...
y escuchando las músicas que, desde el bosque cercano,
ofrecen las hojas del pino, son agudos maravillosos
con los que, evidentemente, la luna baila
y no está por la labor de hablar conmigo del amor.
Mientras, el mar sonríe en burbujas blancas...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada