Mi obsesión era ir a la era y jugar el partido... me esperaban, era de los que los metía. La de mi madre, venir a buscarme para que hiciera la siesta y evitase el sol tan peligroso. Mi ilusión era comprar el helado a la señora del carrito, la de mi madre que comiera el bocadillo de "madre" que con tanto esmero preparaba. Sólo con el tiempo entiendes a las madres, son lo más auténtico, la mejor entrega, el más puro de los amores…
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