Ese tren que posiblemente va a alguna parte,
y yo me subo sin saber porqué, sin saber a dónde,
no importa, nada es importante,
igual me bajo en la próxima o en la última,
o no me bajo y miro los paisajes por la ventanilla,
o me duermo pensando en los vinos,
que son los causantes del me da igual,
cinco que cincuenta…
El tren se para, me bajo y me subo,
y en la próxima, sin saber cuál, me bajo y paseo,
sin saber dónde y hasta cuándo, y porqué…
sólo me pregunto si habrá un tren de regreso,
regreso a la cordura…
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