El viento, normalmente, me molesta... pienso en la barca del pescador a la deriva, en mi padre que iba en bicicleta, varios kilómetros, a trabajar a la isla de Buda, y en los destrozos que causa cuando muestra su malicia irrefrenable. Curioso lo del viento, nadie le quiere, parece un crío muy mal educado al que nadie le hizo caso en su momento y ahora actúa en consecuencia. Hablar con el viento... hay una canción que te habla de escuchar sus respuestas, y nadie le hace caso. Será por esto que siempre está enfadado, porque nadie le quiere y le temen…
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