Nos miramos, no nos gustamos mucho,
luego hablamos...
nos dejaron solos como en una estrategia,
la vi embellecer de forma paulatina,
nos gustamos un poco...
parece aquello que cuentan,
que los menos agraciados han de ser, como mínimo...
simpáticos, algo locuaces, y sutilmente lúcidos.
Pues eso, le vi la gracia en el intelecto,
en su sonrisa natural e inteligente,
en su mirada esparcida por mi alma.
Su belleza interior relucía en reflejos en cada expresión,
y parece ser que yo agilicé mis timideces más tiernas
y las convertí en besos espontáneos…
El amor es un cómplice para que puedas ver...
las bellezas naturales a luz de verdad.
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