Ya estamos en Tarragona, después de catar las mieles de Deltebre, antes hemos pasado por mi huerto, donde tengo las mejores naranjas del mundo, y me llevo unas bolsas para el consumo propio y para mis amigos. Pese a todos los pesares, mi tele, mi sofá, mi mesa, la tablet, el Pilot, el sudoku, todo a mano, todo a punto, tiene también su encanto. Placer natural y humano, ir de casa a casa, y abrazar la familia, y recordar la infancia, cada piedra, cada espacio vivido de forma entrañable con los padres…
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