Soy feliz cada vez que pienso que tuvimos, más de veinte años, a mis padres con nosotros, gracias a mi mujer, por supuesto, que los trató como una buena hija más. Alguien me dijo una vez que cuidase bien de mis padres, y que eso me serviría para consolarme, un poco, cuando ya no los tuviese conmigo. Y la verdad es que es muy cierto y, a parte de alguna vez que perdí los nervios, tengo un sinfín de motivos, donde me deshice para que estuviesen bien atendidos y que no les faltara de nada. Mis padres, todo un ejemplo de nobleza y humildad y, sobretodo, bondad. Cuidar a los padres, siempre un placer y un honor…
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