El eco de un recuerdo en espiral me llega nítido en mi alma abierta,
se serenan los tiempos, claridad.
El silencio me habla de ti, como ayer, como siempre, y me cuenta
y no para y no cede ni un ápice en presencia, y lo bebo y nos llena.
Me buscas, te encuentro, te pienso, te sueño, te veo…
El eco de un recuerdo vuela y casi basta y abastece,
cual aliento que emociona vida…
Revives los pasados cercanos que fueron gloria y compañía,
que son presentes eternos, sin olvido.
Los espacios me presencian tus pasos, acudes rauda y feliz,
como siempre, tu boca se abre en sonrisa
y ellas hablan de tus cielos, que son los míos de verdad.
y ellas hablan de tus cielos, que son los míos de verdad.
El recuerdo es, cada vez, letal, presencia, y el aire se oxigena,
y una luz interior sorprende y, de repente, amanece paz.
El eco de tu recuerdo, madre, ni es eco ni recuerdo… es presencia eterna.
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