A veces, la belleza se llena de suficiencia,
va sobrada de porte y distinción,
lo es y lo parece y lo proclama.
A veces, la jaca es joven y lo sabe,
y el corcel pavonea cercano,
se encorsetan por los vivos de lo erecto…
Uno lo ve con simpatía y gracia,
gracejo y comprensión positiva,
por supuesto, sin olvidar las violetas,
aquellas que, con su misma edad,
basan su luz en la prudencia,
y su lozanía en la discreción…
Es otro tipo de belleza, preciosa,
con otro envoltorio, precioso…
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