"Veinte años recién cumplidos. Presa desde hace tres años. Sale en libertad dentro de mes y medio. Pero tiene SIDA en cuarta fase. Ha perdido muchos kilos. Tiene los ojos fríos, aquellos ojos que habían enamorado a tantos hombres. La he visitado y hemos charlado y charlado con sosiego. Al invitarla a rezar, me ha sorprendido… Hermano… desde que tengo el SIDA, desde que me lo notificaron rezo mucho… Pero yo a Dios no le pido nada… Sólo, en todo caso, lo que nos ha enseñado a pedir en el Padrenuestro, que repito muchas veces… Pero no le pido nada para mí, ni que me cure. Le digo que Él sabe lo que tiene que hacer… Y me callo. Ha vuelto a sonreírme. Y nos hemos callado unos minutos, para que Dios tuviera tiempo de llenarnos con su voz de silencio. Ella, en todo caso, volverá a rezar varias veces el Padrenuestro".
Copiado del libro,"Sonrisas de Dios entre los marginados",
del hermano de La Salle HAL.
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