dimecres, 16 de febrer del 2022

Ojos...

De los ojos, posiblemente de su amada, decía Gutiérrez de Cetina en su Madrigal, que incluso airados le mirasen igual, pues a él no le parecerían menos hermosos, el poeta acaba diciendo… ya que así me miráis, miradme al menos. Ojos que lucen, que hablan, que penetran hasta en los más recónditos silencios de los recuerdos confesables. Ojos, tus ojos, posiblemente los únicos que la ven así, porque solo tú la ves con los ojos del amor. Por una mirada, un cielo… decía el poeta del amor sincero.

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