Y a veces me pregunto…¿y eso es un sí?
porque, en su bondad angelical, no caben ni la duda,
y mucho menos la indiferencia…
Ella mira con dulzura y con sonrisa en los ojos,
es un sí perpetuo a la confirmación de nuestra afinidad...
No, no da vueltas por las dianas floreadas
para aportar músicas de otros lares…
Ella sonríe con los ojos, mientras… yo me derrito.
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