Me casé con una vecina… y eso no suele ser corriente. Los vecinos nos conocemos mucho, a veces demasiado, y parece que uno haya de buscar en otro polo más opuesto para que se confirme una atracción más positiva. Pero lo nuestro parecía un designio del destino, tal para cual, nos decían los amigos y familia y, como ya ven ustedes, hemos acertado mostrando una buena afinidad en nuestra forma de complementarnos, al mismo tiempo damos la razón a todo el mundo que bendijo nuestra unión como muy buena y bien lograda. Pues eso, me casé con una vecina… y acerté plenamente, acertamos, los dos, aunque yo más, diría…
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