Rizar el rizo de los rezos en pos de la razón y proclamarme ministro de asuntos complicados para enderezar los entuertos en los momentos de libertad vigilada de mis queridos alumnos... Era una especie de hacedor de justicia y mis sentencias, justas, a veces cómicas, pero siempre como pontificadas, fueron famosas… Ve a la fuente a lavarte la boca, irás al rincón de pensar, la patada sin pelota es expulsión… ¡Bellos recuerdos!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada