Los colegios se mueven, los equipos de limpieza cabalgan de nuevo, los profesores se reúnen, se enteran de cómo actuar, se actualizan para seguir los consejos sanitarios, miran los espacios para ubicar a los niños a las distancias adecuadas, programan… He visto a un grupo que salía hacía el bar, con unas ciertas caras de ilusión y esperanza. Recuerdo perfectamente estos días, no me gustaban mucho, aunque eran necesarios, yo prefería empezar con los alumnos, cerrar la puerta de mi clase… divertirme, en el mejor sentido de la profesionalidad, claro.
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