Mi padre había sembrado el maíz, después todo el proceso, había que aclararlo, hacer surcos, regar, abonar, quitar hierbas… Recuerdo que los surcos eran largos y mi padre me mandaba ir hasta el final para ver si había llegado el agua. Alguna vez iba descalzo por el surco y una vez me caí de culo y me puse de barro hasta las orejas, mi padre me lavó en el pequeño canal que pasa a tocar del huerto, lavó y puso la ropa a secar… Bellos, maravillosos recuerdos de niñez, con mi padre y el huerto.
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