Estoy en Deltebre, me manda el corazón... es como verlo todo mejorado, buen aire de alivio en un sol sin menguar, la gente inmersa en la cosecha del arroz, y yo a merced de los recuerdos, tan gratificantes ellos. Cumplo años, muchos, demasiados, pero en Deltebre sigo siendo un niño, el que siempre habita en mí y es tan feliz...
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