Las orquídeas van perdiendo las flores, es ley de vida, quedan sus hojas que están espléndidas, salen de nuevas, sanas, como si la planta se preparase para una nueva floración, con el consabido espectáculo que parece irrepetible, pero que cada vez emerge con su belleza habitual. Nuestra relación con las orquídeas es magistral, no así con las tomateras que, pese a criar grandes plantas, con muchas flores, no podemos conseguir que un triste tomate llegue a buen puerto. Lo seguiremos intentando, me asesoraré mejor, cambiaré de clase de tomate, veremos…
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