Era el tiempo de las indecisiones, de las dudas, de los titubeos,
no por la verdad del corazón,
que ésta nunca se equivoca
...y no admite consejos,
sinó por el cómo y el cuándo,
la inmadura timidez del enamorado,
la que le hace asomar por la ventana
...y buscar el auxilio de la luna,
para que acuda rauda
con su corte de estrellas,
y le cuente en caricias,
las delicias de la afinidad,
cuando el suspiro se acopla en suspiro
y toda la brisa es música...
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