dilluns, 25 de febrer del 2019

Un susurro en el cuello

El caso es que un día la vi…
No, no pasaba por allí por casualidad,
ella estaba allí, en aquel preciso momento,
y yo también, como si nada...
mejor como si todo se pusiese en su sitio,
y la vi, y me vio, y calló y callé,
y hubo tormenta de silencios a voces,
y pregunté oportuno a mis cercanos,
y todos me dijeron que la respuesta...
era un susurro lanzado a su cuello
para que le vibre el cuerpo
y le vuele el alma y se abrace con la mía...

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