A veces añoro la luz de tus ojos frescos,
pero me compensa la dulzura acumulada.
Qué más luz que la dulzura...
de unos ojos expertos en caricias,
que más luz que tu proximidad táctil,
qué más luz que aquella intensidad
...de mano y abrazo intenso.
A veces añoro la carrera y la intensidad del sol,
pero la pausa y el sosiego de la luna,
la noche clara del alma, tiene encanto y fundamento,
un placer en paz en el descanso del guerrero...
...del amor apasionado y sincero.
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