Se tambalea, casi baila, o la bailan los alcoholes, su actitud chulesca, amenazante, agresiva, casi sin mediar palabra, abofetea sin saber lo que se hace, se ve ida, con ojos de loca, deplorable, penosa, parece escapada de un internado de gente peligrosa… Lleva colgada una bandera española, y va repartiendo tortas, hasta que una joven se ha revuelto y la ha empujado, para que parase de hacer el imbécil. Deprimente espectáculo que ha intentado manchar una Diada Nacional De Catalunya para enmarcar en los gozos sin sombra de mi vida. ¡Pobre mujer, qué pena!
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