Por fin he visto el patio de la escuela lleno, con brío, con vida de niños cabalgando hacia el futuro. Los futboleros a lo suyo, de momento no hay peleas, los del baloncesto parecen más altos, las niñas que bailan aún no tienen transistor, los solitarios, los conversadores, los que ya miran a las niñas, los que corren sin parar en una carrera sin final… El patio siempre me emociona, es una escenificación de la vida, pero sólo algunos pocos conseguirán seguir siendo niños grandes, ¿verdad?
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