Me contaron una vez que había un señor tan mentiroso que llegaba a creerse sus propias mentiras… La más gorda que circulaba dice que estaba pescando en un desagüe y se le cayó el reloj, lo curioso es que un par de días después pescó una carpa de tres kilos y, al abrirla, vio que llevaba el reloj en su tripa y, más curioso todavía, el reloj aún funcionaba… He conocido algún mentiroso compulsivo, y acaban haciéndose un nudo, pero a veces encandilan, confunden con miserias y dan mucha pena…
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