El brazo que abraza, el beso que besa,
la sonrisa que cala, la emoción que inunda,
la mirada que conmueve, el aplauso que estalla,
aquel que dispuso el alma...
a merced de los entornos más incrédulos.
Lunas que no salen, soles que se esconden en las nubes,
árboles de pie pese a los fríos, y todo el mundo esperando...
la regeneración del aroma de tu esencia angelical.
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