Blanco y en botella, leche,
conozco sus dientes, blancos,
luego, me sonríe, a mi,
y, a veces, estoy fino,
y se ríe, sin freno, y parece...
enseñarme el alma, a mi,
y sus ojos, me miran, a mi,
y van abriendo poros,
con riegos de dulzura...
y su blusa, la que me gusta,
que abarca la incontinencia,
y su pelo, al que le dio fiesta,
y parece salir a mi encuentro,
pues eso, más claro, agua,
y yo más, o yo más también.
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