Si se pudieran escribir mis sentimientos, sin cortes ni censuras,
los mares de tinta quedarían secos y temblarían los océanos.
Si un día te cuento que hablé solo, y tú me contestabas...
con un guión que no siempre escribí con mis mejores luces,
si te acerco en susurros los desniveles anímicos de las distancias...
si te parece te hablo de mi estancia en la estación,
donde todo el mundo va y viene, incluidos los trenes,
todos parecen tener su norte y propósito, y yo, ajeno,
lejos del lugar, cerca de ti y tus dudas...
Un día dejé de soñarte y hablamos profundos,
un día se rajaron las malicias y las nubes florecieron,
y llovieron pétalos de rosas rojas, invadiendo mi alma de tu aroma…
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