dissabte, 1 d’agost del 2015

El mar y yo...

Pasear por la arena, solo, por una vez,
a un lado, la mar grande,
a la izquierda, una reserva de mariscos...
Ladear un poco la cabeza y ver los espejismos,
como un cruce de sueños al sol...
Hay pleamar, el agua sube, poco a poco, suavemente,
los pies lo agradecen, pero, hay que dar la vuelta,
la belleza, a veces, llama a precaución,
y uno y sus ideas, con riesgo en sal,
regresa sin irse nunca del todo,
nadie lo hace del Delta, un paraíso, ideal, diferente…

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