Cada diecisiete de agosto, me caso con la misma,
y, como aquel monje que ha hecho votos perpetuos,
soy feliz en la conmemoración de cada prórroga anual...
Sabías que... aún queda de aquella timidez, envuelta en ojos,
de aquella gracia sin aspavientos, de la cordura oportuna,
que siempre dio lugar a una sensatez en flor...
Iremos a comer al Delta, con nuestro hijo,
fruto de todas nuestras gracias,
y allí estaremos más cerca de los inicios,
y los bendeciremos con un buen "cava".
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