He visto un río seco, nostálgico,
pasto de ovejas, campo de niños.
Una charca minúscula,
en un pequeño meandro con árboles,
mantiene un asomo de recuerdo
y un refugio de ranas croando.
Por aquí aún se acercan las gaviotas
en busca de un refresco dulce al sol,
y también los conejos...
que, aunque no lo parezca,
beben y se presencian
por entre las nutritivas hierbas emergentes.
Es curioso, no ha mucho, las aguas...
bajaban furiosas y amarronadas,
arrastrando sedimentos, hoy nada,
verano y sol, río seco, mar cerca…
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