una apuesta con el respetable,
o, una vez más, conmigo mismo.
Ésa cae, seguro...
montañas más altas y escarpadas,
acabaron derrumbándose...
en aras de lo imposible.
Uno, de un creído estupidillo, crecidito,
ella rica y con dinero, rubia...
y con melena ensortijada,
bien de porte y aporte, poca distinción,
altiva y de cuna alta, tan alta...
que era pasto propicio del que come de todo,
y hasta aquí el proyecto, el pensamiento frío.
Luego aquí paz y quizá en algún destino,
la gloria escondida entre las malicias…
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