Mediré los versos y los proclamaré,
en estéreo, para que se oigan agudos,
nítidos, precisos, cálidos, oportunos...
Iluso, como voy yo a medir la poesía,
que sale del alma totalmente enamorada,
cuando lo fácil es dar libertad...
a los suspiros contenidos que anudan la garganta,
y ver como explosionan en verdades eternas...
Siempre creemos que lo son realmente,
y aquí está la gracia del invento,
lo llaman amor, quizá el primero,
como una especie de impacto furia,
como una meta con norte único,
definitivo, incuestionable, idóneo…
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