De vuelta, con mis placeres cotidianos,
mi espacio, mi mesa y mi ventana.
Mis orquídeas me saludan tristes,
los geranios bailan en verme
y agradecen el baño - riego nocturno.
Mi colchón es mejor que los otros y persiste…
Las fotos de los recuerdos presentes
me sonríen con abrazos delicia.
A mi mar le traigo noticias
de su amigo, más nervioso y travieso,
el llamado Cantábrico, el del norte
al que vimos pacífico, en calma…
Me encanta que la gente y mis cosas
se alegren de verme, yo también,
los quiero, las quiero, todos, todas…
Mi mar me acoge con rizos suaves
y abrazos tenues, ya huele a cremas.
Mis amigos tienen buen aspecto…
les cuento sobre mi viaje,
comparten, recuerdan, asienten,
están contentos de mi contento…
Son mis amigos, de bici y vinos.
Los peces aguantaron bien,
tenían comida para diez días,
pero también celebran mi presencia
y me siguen, ladeando sus hocicos
cuando les doy de comer.
Otros gozos, con todo a mano y a tu gusto.
Ahora, unos días en el Delta del Ebro
y después Tarragona… ¿quién da más?
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