Aquel silencio, aquella discreción, aquella sonrisa,
aquella gran ternura escondida tras un libro enorme.
Y aquel hablar preciso en la intervención oportuna,
aquella luz puesta en escena…
como una consulta en la biblioteca especializada.
En el resto, el bullicio y el folclore,
y, en ella, la clarividencia de la esperanza…
en una mágica primavera preñada de misterios,
todos positivos y de sueños de realización posible.
Y, con ella, el soñado sueño de la mejor dicha…
a flor de realidad.
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