Y, en mi vuelo, me gustaría llevarte a ver los atardeceres
…más rojos y hermosos con los que nunca soñaste,
y luego extasiada con la belleza de tan sublime contemplación,
mis alas pondrían rumbo a un campo florido de naranjos,
hermosa frondosidad verde punteada por maravillosos azahares blancos,
para que su aroma te despertara… pensando que estás en aquel paraíso
…con el que siempre soñaste, y yo en él y tú conmigo, claro.
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