Los arrozales ahora se llevan por teléfono, están más tiempo solos... y a mí me gusta transitar por sus márgenes porque igual te salta algún ave, puedes oler a paja y ver de cerca las espigas de arroz que son toda una ilusión, hay patos y nidos por los alrededores, y hay crías que se dejan ver con facilidad… Siempre tengo presente que el cultivo del arroz “era” un trabajo infrahumano, ahora con las nuevas tecnologías es otra cosa.
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