dilluns, 13 d’agost del 2018

Un poble hombre

Fanfarrón, creído, engreído, presumido, arrogante y, si me apuran, hasta farsante. No cabía ni en un museo del terror, era un veleta, una especie de abejorro con brillantinas, picando con frialdad a todo lo más destartalado que encontraba y a quien se le ponía a tiro. Coleccionaba entes inmaduros y cervezas, y se creía el rey del mambo, cuando sólo era un pobre hombre, juguete de las malas musas y de las sirenas muy malvadas, juguete roto…

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada