Hay partidas en las que llora hasta el tren, y después viene un viento con pretensión de secar rápidamente las lágrimas. Borrón y cuenta nueva, no hay mal que cien años dure, y cosas así... Pero no es tan fácil, hay penas que no tienen viento reparador, las hay que no hay años suficientes para paliarlas. Pues no, no es tan fácil, a no ser que seas un frío sin escrúpulos, o pretendas cargarte el estómago comiendo cualquier cosa de dudoso estado. La verdad edifica, la mentira envilece.
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