Ya no tengo utopías, mis metas y mis miras
...son humildemente razonables,
o razonablemente humildes, pero posibles...
no van más allá de acabar el día con cierta dignidad,
y valorar las mañanas de regalo,
siempre que conlleven un atisbo de ilusión,
otro de buena esperanza y, sobretodo, estar a tu lado
para seguir encontrándole un soplo de vida a la vida,
aquello que llaman un sentido, plenitud...
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