Benditos aquellos que tienen acceso a los alucines de la locura porque lo gozan y lo sufren, lo viven sin vivir, desde la visión del desliz inmaculado. Ver la película después de leer el libro y quedarte en la fantasía adicional del autor de los vuelos en sueño, de los idos precoces… Bendito suelo en el que aterrizan los vuelos tan alborotados, y aprenden a ser razonables.
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