Amigo Neruda, no te llego ni a la suela del zapato, pero a mi élla me gusta cuando habla, porque tiene criterio, sugiere, muestra, tal cual, el alma desnuda de influencias. Me gusta oírla, natural, convencida, convincente, pero sin imposición ni arrogancia, con temple y aquel aplomo que te llega como un rocío perfumado de verdades precediendo lluvias de luz...
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