No es que me olvide,
lo impregnado queda,
pero mirarte sigue siendo...
vislumbrar el arco iris
y ver volverse locos los colores,
y hacer blancas...
hermosas rosas blancas,
todas las sensaciones…
Y después de verte, placer habitual,
mirarte, por si me queda
algún resquicio de delicia
en la penumbra de tu mágica luz.
Mirarte, volver a mirarte...
y no morir en el intento, gozarlo.
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