Las rosas, a todas, les llega el momento...
en el que huelen a jazmín,
por muy bellas y blancas que hayan sido.
Y no es que el jazmín huela mal,
tiene el dulzor y el compendio
de los encantos acomulados
a través de los suspiros provocados
y las esencias compartidas…
La rosa que ya se graduó en blancura,
llega a jazmín consolidando sus bondades,
y muchos sabemos de su arte,
ciencia y verdad…
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